domingo, 13 de agosto de 2017

¿Quién se acuerda de SuperHeavy?



Sin lugar a dudas, de todos los últimos supergrupos, no hubo otro más promocionado que este SuperHeavy –con nombre inspirado en la figura de Muhammad Ali-, formado por una amalgama de estrellas de la talla de Mick Jagger, Joss Stone, (el hijo de Bob Marley) Damian Marley, (el ex Eurythmic) Dave Stewart y el compositor indio A.R. Rahman.

Sin embargo, a pesar de que Jagger fuese, debido a su leyenda, el que más notas acaparaba, ni él (que era el principal compositor del disco) ni la hermosa Stone eran los verdaderos líderes de este proyecto, el cual era, en verdad, dirigido creativamente por Dave Stewart, uno de los músicos pop más destacados de las últimas tres décadas.  Stewart, como conocedor de las posibilidades artísticas de un grupo súper cultural, compuesto de diversos matices, entusiasmó a su amigo Jagger para que formara parte de este disco. Según dijo el propio Mick: “Buscábamos una convergencia de diferentes estilos musicales, en una amalgama que incluyera desde el reggae a las baladas a la música india.”

En sí, la existencia de SuperHeavy fue un secreto a voces hasta mayo de 2011, cuando Mick Jagger anunció a la prensa su formación. Como decíamos, la idea de fusionar reggae con la música india surgió en la mente de Dave Stewart, en su casa de la bahía de St. Ann, en Jamaica, durante 2008. Stewart rápidamente convocó a Jagger a participar, ya que ambos eran amigos y fanáticos del sonido de las orquestas indias. Por eso, luego convocaron a A. R. Rahman a que se una al proyecto.

A principios de 2009, Jagger, Rahman, Stewart, Joss Stone (que había cantado con Mick en la banda sonora de la remake de Alfie, en 2004) y Damian Marley estuvieron ensayando en los Jim Henson Studios, en Los Angeles; tratando de componer canciones que tuvieran fusión y algún significado, no híbridos sin sentido. Sin dudas, la química funcionó, ya que esta banda ad hoc alcanzó a grabar 29 temas en 10 días. Este proyecto se pudo completar gracias a la ayuda del bajista y compositor Shiah Coore, la baterista Courtney Diedrick, así como una colaboradora de Stewart de larga data, la violinista Ann Marie Calhoun.  

Esas sesiones conformarían el núcleo del material que el grupo registraría, también a comienzos de 2009, para ser incluidas en su disco homónimo. Ellos grabaron alrededor de 35 horas de música, incluyendo algunas canciones que duraban diez minutos o zapadas de más de una hora (!), antes de editarlas en las versiones finales que quedaron registradas en el álbum.

Finalmente, el disco salió a la luz en septiembre de 2011. Un trabajo que incluía la magia del rock personificada en el carisma imperecedero de la voz de Mick, sumada a la tradición reggae traída por Damian Marley, el tono tercermundista y exótico de Rahman (talentoso compositor de bandas sonoras de ese boom fílmico que es Bollywood) y la dulzura soulera de Stone; mientras que en su papel de loco científico musical, y explorador de los estudios y las consolas, Stewart se la pasaba durante todo el disco creando, y recreando, hasta el cansancio diferentes texturas –a veces, con más fortuna que otras- hasta lograr una de las producciones más variadas del rock mainstream de los últimos tiempos.

Un disco agradable, bueno, sin ser excelso, y con una producción excelente. Por momentos la amalgama musical funcionaba muy bien, aunque también contenía temas que sonaban un tanto forzados. Jagger la dejaba chiquita de taquito, demostrando porque es uno de los cantantes más grandes de la música popular mundial de los últimos cien años. Mientras que Joss Stone exhibía todo su talento de diosa soulera, en canciones como “I Cant´t Take it No More” y, especialmente, “I Don´t Mind”.

Si volvemos a repasar todas las canciones incluidas en esta producción, nos encontraremos de movida con “SuperHeavy”, un momento ideal para entender de qué se trataba este experimento que intentaba unir sonidos de distintas culturas “desde Argentina a Zanzíbar…” Cantada por Mick, Marley y Stone, esta canción de Jagger y Rahman era excelente. Una agradable sorpresa. Por su parte, “Unbelievable” era el clásico reggae electrónico, algo menos elaborado, pero que se dejaba escuchar. En tanto que el corte de difusión, “Miracle Worker”, era otro reggae, sin demasiados condimentos, pero lindo, y que contaba con uno de los mejores momentos del tándem vocal formado por Mick y Joss Stone. “Energy” era un tema raro, que por momentos sonaba como un tibio experimento de música electrónica, hasta que desembocaba en un impresionante estribillo rockero y explosivo en donde la rompían Jagger y Stone (¡y con Mick, animándose a rapear y todo!), además de otra brillante performance en armónica, cortesía del señor “labios de caucho”. Nada que ver con “Satyameva Jayathe” –en donde Jagger cantaba en sánscrito…-, quizá uno de los temas menos destacados del disco, a pesar de las buenas intenciones instrumentales de Rahman, quien no podía evitar que sonara descolgado dentro de este repertorio.

“One Day One Night”, con su rítmica cansina globalizada, aburría, sin pasar de la zapada sin ton ni son. Por el contrario, “Never Gonna Change” era una hermosa balada acústica (a la Rolling Stones) cantada por un Jagger encantador. En “Beautiful People”, la cosa se vuelve ganchera, con estribillos para cantar en la tribuna, en un tema que seguro estaba destinado a ir de cabeza como corte de difusión, y así fue… “Rock Me Gently” era –como su nombre lo indica- el tema más cachondo del disco, ideal para poner en un la habitación de un telo de lujo o en una buena película de soft porno… Mientras que “Warring People” era la canción casi 100% Jagger solista, y que hacía acordar al material incluido en su excelente disco solista de 1987 Primitive Cool. Pero la exótica “Mahiva” se quedaba a mitad de camino, hasta convertirse en otro momento descartable de este SuperHeavy. 

Como decíamos, en “I Can´t Take it No More” se lucía Joss Stone, gritando como una perra en celo, mientras que Jagger la descocía haciendo el rockazo espectacular que no ibas a encontrar en ninguna de las últimas producciones de los Stones, nobleza obliga… “Eh, Captain” estaba bien, a pesar de lo raro que sonaba esa fusión indo-electrónica, motorizada por Rahman y Stewart, a partir del filtro Jagger-Marley-Stone. Lamentablemente, “Common Ground” era un número bastante aburrido, a pesar de su dinámica rítmica… Nada que ver con “I Don´t Mind”, otra linda página musical en la que se lucían Jagger y Stone; y que nos preparaba para el final con tutti del disco con “World Keeps Turning", un tema no demasiado destacable, pero que cumplía con su función de ser el “himno”, o momento emotivo que cerraba este álbum.

Una producción con altibajos, pero entendibles, teniendo en cuenta la génesis del proyecto. Lamentablemente, luego de este álbum no volvimos a tener noticias de SuperHeavy. ¿Quién sabe? Quizás algún día se vuelven a juntar para grabar el Volumen Dos. Por lo pronto, el crédito sigue abierto para este supergrupo, ya que, sin dudas, SuperHeavy fue una propuesta divertida y un circo multicolorido que se mantenía en sus propios términos, haciendo una música de fusión conectada a los ritmos hiperculturales de la actualidad, pero que a la vez generaba su propio microclima, más allá del resto de los pobres mortales…

Emiliano Acevedo


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