viernes, 29 de mayo de 2015

HARRY NILSSON, Nilsson Sings Newman: Cuando Harry conoció a Randy...



Pocas veces en la historia del rock y el pop dos exitosos intérpretes y compositores pudieron congeniar tan bien en un proyecto en común como lo hicieron los estadounidenses Harry Nilsson y Randy Newman en el hermoso álbum Nilsson Sings Newman, editado en febrero de 1970. Curiosamente, éste sería el único disco que harían juntos…

UNA BELLA GEMA OCULTA
La historia de este álbum se inicia en 1969, cuando Nilsson graba su cuarto disco, Harry, que finalizaba con una canción de Newman, que sería casi un disparador de este nuevo proyecto: “Simon Smith and the Amazing Dancing Bear”. Como Nilsson admiraba mucho la labor compositiva de su amigo Newman, rápidamente se entusiasmaron con la idea de intentar grabar un nuevo álbum basado íntegramente en composiciones de Newman, en donde Harry cantara y Randy lo acompañara con su piano. Y es que así como Nilsson sabía que nunca podría escribir canciones como Newman, éste también era consiente que aquel cantaba sus temas como nadie. Por supuesto, la amalgama de estos dos talentos dio sus frutos de entrada nomás, cuando ambos músicos se metieron a los estudios de RCA en Los Angeles para grabar el álbum.

Esta grabación comenzaría un 20 de agosto de 1969 (sí, en el mismo mes de los asesinatos del Clan Manson, Woodstock, y del cruce de calles más famoso de la historia en Abbey Road…), y se terminó rápidamente, en apariencia, porque Nilsson como Newman se entendían en forma casi telepática en el trabajo de estudio, y porque Randy era propenso a registrar sus composiciones en pocas tomas. Sin embargo, luego de registrar las bases de piano y de voz principal, la grabación de Nilsson Sings Newman se extendió varias semanas más. Sí, porque aunque éste parezca un álbum simple, casi minimalista, su realización terminaría siendo compleja, más que nada por la extenuante labor vocal de Nilsson, quien se pasó seis semanas regrabando voces para crear las diferentes texturas y armonías de cada una de las canciones. Incluso llegando a la friolera de nada menos que 118 sobregrabaciones de voces, una verdadera hazaña en la era pre-digital de las grabaciones analógicas. Sin dudas, una muestra clara del meticuloso trabajo desarrollado por este formidable cantante.

Y es que la voz de Nilsson está aquí, allá y en todas partes, a lo largo de todo el disco, a veces hasta susurrándole al oyente cosas por detrás de su vocalización principal. Ya sea con su voz en seco, o a veces llena de eco, en cada uno de los temas, el trabajo de Nilsson es una clase magistral de interpretación y canto. Con respecto al trabajo instrumental, si bien en la mayor parte del álbum prima el acompañamiento único de Newman en el piano, también se pueden apreciar algunos bajos, panderetas y varios sintetizadores. Por ejemplo, en la canción “Cowboy”, Nilsson utiliza un clavicordio eléctrico. Sin embargo, como ya habíamos señalado, el disco hace del minimalismo instrumental su bandera, lo que le da un carácter sonoro único.

Por supuesto, que para cuando el álbum fue editado, Randy Newman (nacido en 1943) ya era bastante conocido en la industria de la música,  por ser un prolífico compositor para otros intérpretes, aunque hasta ahí solamente había grabado un único disco solista. Por su parte, Harry Nilsson (1941-1994) venía de demostrar sus extraordinarias dotes como cantante en varios discos propios de pop lujoso, que fueron elogiados por algunas estrellas del mundillo musical de la época, entre los que se encontraban los mismísimos Beatles (luego, el propio Nilsson sería amigo íntimo y compadre de Ringo Starr y compañero de juergas de John Lennon, a mediados de los ´70 en California, en el famoso Fin de Semana Perdido del ex beatle). Sin embargo, muchos recordarán especialmente a Nilsson por su interpretación de “Everybody´s Talkin” (canción de la Banda Sonora de Perdidos en la Noche, que ganó el Oscar) o por su cover inmortal –en 1971- de “Without You”, la balada compuesta por Pete Ham y Tom Evans, los malogrados líderes de Badfinger. Sin embargo, la carrera de Harry Nilsson fue mucho más que esos dos hits accidentales. Porque la suya fue una trayectoria musical ecléctica que -en una quincena de álbumes, editados entre 1967 y 1981- recorrió con maestría todo tipo de géneros y estilos; transitando por el pop, el rock, los standards de jazz, la bossanova, el swing, el easy listening, etc, etc. En fin, Nilsson hizo de todo, hasta escribir música para niños, en un especial televisivo de dibujos animados llamado The Point! en 1971.

CANCIÓN POR CANCIÓN
Volviendo al disco que nos convoca aquí, la característica principal de Nilsson Sings Newman es su sensibilidad y buen gusto instrumental, en canciones cuyas letras destilan por igual melancolía por los dorados tiempos pasados, pero también una alta cuota de humor e ironía –tópicos habituales de la labor compositiva de Newman- burlándose de los preceptos del american way of life...

El primer tema del disco es la exquisita “Vine Street”, una canción que Newman nunca grabó como solista y que fue escrita para Van Dyke Parks. En esta versión de Nilsson, el tema toma nueva vida, ya que, tiene una apertura distinta a la de la versión de Van Dyke Parks, con una intro escrita especialmente para este álbum. Seguía “Love Story”, un tema que es el perfecto ejemplo acerca del carácter irónico de las composiciones de Newman. Aquí se narra la historia de un personaje que imagina cómo será su futura vida de pareja, con optimismo pero sin dejar de lado el cinismo, al realizar sus predicciones acerca de cómo terminará su idílica historia de amor “eterno” con la chica de sus sueños.

A Randy Newman siempre le gustó mucho “Yellow Man”, el tercer tema de este disco, por eso quiso que Nilsson la grabase, y ese entusiasmo el que hizo que este fuera uno de los momentos más deliciosos de este trabajo. La historia de la canción está basada en el tratamiento despectivo y racista que se les dispensaba a los personajes orientales en las películas de la década del ´30. Por su parte, “Caroline” era una hermosa canción de amor, con un lirismo que lo acerca a los standards de la música popular estadounidense de principios del siglo XX. Se destaca en esta pieza la impecable interpretación vocal de Nilsson y el bello acompañamiento de piano y clavicordio de Newman.

Otro de los temas más complejos y variados de esta producción es “Cowboy”, una canción con una letra que se desgarra en versos que expresan un profundo arrepentimiento y nostalgia. Tiene un comienzo a capella acompañado sólo por un efecto sonoro que recuerda al viento del desierto. La interpretación de Nilsson es muy delicada y expresa todo el dolor retratado en los versos de la canción. “The Beehive State” es otro oscuro tema, cuya temática se centra en de los sentimientos negativos que sentía mucha gente con respecto al fin de siglo XIX. Mientras que en “I´ll be Home”, el primer single sacado de este álbum, vuelve el irónico optimismo de Newman. Curiosamente, este tema ya había sido registrado por Nilsson, e incluido en la banda de sonido de una película llamada Jenny, y luego sería grabado por un gran número de artistas –incluido el propio Newman- pero, según su autor, la mejor versión fue la interpretada por Nilsson en este álbum.

Otro tema, del cual Newman consideraba su mejor versión la incluida aquí es, “Living Without You”. Una canción de profunda soledad y melancolía, que nos cuenta acerca de una ruptura amorosa, y a la que Nilsson interpreta en forma emotiva y genial. “Dayton Ohio-1903” tiene el mismo carácter descriptivo que caracterizó a muchas de las composiciones de Nilsson, pero sus bizarras y punzantes líricas son 100% Newman. Nilsson amaba esta canción, que cuenta otra clásica historia de un hombre común, quien de repente se pone a añorar su pasado, y se da cuenta que aquellos años felices ya no volverán. Llegamos así al final del álbum con “So Long Dad”, una dulce pero cruel canción que ilustra de manera elocuente lo peor de las relaciones padre-hijo.

A pesar de sus buenas intenciones y calidad artística, Nilsson Songs Newman fue un fracaso comercial. Sin embargo, atraería la atención y la aprobación de la crítica, como fue el caso de la publicación especializada Stereo Review, quien lo premió como el Mejor disco de 1970. A partir de ahí, debido a las sucesivas reediciones en diferentes formatos, se ha convertido en un clásico de culto para varios fans del rock y pop clásico, quienes valoran la extraordinaria labor de estos dos artistas. No casualmente, muchos años después, en 1995, se le preguntó a Newman acerca de los innumerables artistas que habían interpretado sus composiciones, y él recordó especialmente a Nilsson, señalándolo como uno de los mejores: “(Porque) Nilsson realmente entendió mi música. Él sí sabía de qué se trataba...

Emiliano Acevedo


2 comentarios:

  1. Interesante, Randy Newman un compositor de culto, quien tenga ganas le recomiendo Política Science, un tema sumamente ironico y descarnado sobre la intervención de EEUU en los demás países y su forma particular de resolver conflictos armados: Let's Drop de Big One

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