lunes, 29 de diciembre de 2014

JOHN MILES, Rebel



Esta es la historia de un disco muy exitoso, debido a la inclusión de “Music”, un clásico inmortal que alcanzó el Top 3 de las listas de éxitos en el Reino Unido en 1976, además de adquirir fama internacional. Su autor era John Miles, un gran vocalista, guitarrista y tecladista; que a pesar de su talento innato como compositor, le costaría horrores mantener su popularidad luego de este impresionante éxito. Sin embargo, más allá de “Music”, Rebel es un disco excelso que merece ser redescubierto.


FUNDANDO UN ESTILO
A mediados de los ´70, luego de un lustro liderado por el rock progresivo y el glam rock, el rock británico se preparaba para el advenimiento del punk, un estilo que sacudiría –por poco tiempo- los cimientos mismos del género, modificando los paradigmas rockeros setentosos. Las causas fueron varias. Una de las principales se debió a la alta fragmentación de los públicos, además de una identidad renovada de los nuevos grupos de heavy metal, que sumados a los del llamado pub rock, abogaban por un regreso a un rock más simple, menos sofisticado y pretencioso que el de los dinosaurios sinfónicos. Sin embargo, y a contramano de estas propuestas radicalizadas, también  empezaba a manifestarse un estilo que muchos denominaron como “pop sinfónico”, en donde seguía prevaleciendo una búsqueda estilística muy elaborada desde lo instrumental, en discos en abundaban los arreglos orquestales y las melodías ampulosas. Sin dudas, uno de los grupos principales de este sub-genero era Supertramp, y más luego de su ultra exitoso disco de 1974 The Crime of the Century; a los que seguían en importancia otros grupos como 10 cc, o la Electric Light Orquestra. Sin embargo, no sería del todo desatinado afirmar que este pop sinfónico fue fundado –inesperadamente- en 1973 por Pink Floyd, con su célebre Dark Side of the Moon, un disco que cambiaría para siempre la suerte del grupo, catapultándolo a la fama internacional; además de redefinir el sonido de la década. De ahí en más empezaría a ganar importancia el uso que los diferentes grupos daban de los estudios de grabación, mediante la labor sofisticada de varios productores e ingenieros, que se volverían casi tan famosos como los propios músicos. 

Justamente, el ingeniero de Dark Side of the Moon capitalizaría muy bien su participación en el álbum más reverenciado de los ’70. Su nombre era Alan Parsons, y más tarde se volvería una figura de importancia en el rock anglosajón, hasta convertirse en uno de los mayores paladines del rock adulto, metiendo un éxito atrás de otro en las radios FM. Parsons había comenzado su carrera como empleado auxiliar de los estudios Abbey Road, a fines de los ´60, siendo aún un adolescente, poniendo la cinta en los carretes de las grabadoras, durante el último año de los Beatles como grupo. Más tarde, había ido ganando experiencia trabajando de ingeniero de grabación para los Hollies y los Wings, antes de tener la oportunidad de trabajar con Pink Floyd. Justamente, luego de rechazar la posibilidad de grabar Wish Were Here con los Floyd, y mientras buscaba iniciar su propio proyecto musical, Alan Parsons es convocado por Decca para grabar el debut solista de un artista cuasi ignoto llamado John Miles…

¿PERO QUIÉN ERA JOHN MILES?
John Ethrington, luego conocido como John Miles, había nacido en Jarrow, Inglaterra, en abril de 1949. Durante su juventud, Miles había sido integrante de The Influence, un grupo adolescente de su ciudad natal, del cual también eran miembros Paul Thompson, posteriormente baterista de Roxy Music, y Vic Malcolm, luego guitarrista de Geordie. Más tarde, Miles formaría su propia banda, The John Miles Set, antes de comenzar su carrera solista. Luego de varios años, en apariencia infructuosos, Miles consigue llamar la atención de un par de sellos discográficos con el demo de “High Fly”, una canción en sintonía con los sonidos del glam rock, aunque con una melodía muy original, con mucho gancho.  “High Fly” había sido compuesta por Miles junto a Bob Marshall, el bajista de su banda. Ambos formaban un dueto compositivo, en donde John se encargaba de la música y Bob de las letras.

Antes de firmar contrato con Decca, John y su banda ya habían tenido ofrecimientos contractuales de varios sellos discográficos, en especial EMI, pero Miles sintió que dentro de EMI el álbum no iba a tener la promoción que le prometía Decca. Los ejecutivos de esta compañía habían quedado muy entusiasmados con el demo de "High Fly", porque veían en Miles un gran potencial como artista popular, y en su figura la posibilidad de que el sello volviese a tener una impronta fuerte en el rock, algo que Decca no conseguía desde la época en que los Stones grababan en el sello, en los ´60. Luego de la salida del grupo de Jagger y Richards, Decca se había tenido que conformar, durante la mayor parte de los ´70, de tener éxito solo con artistas etiquetados dentro del llamado "easy listening", como el mítico Tom Jones.

Cuando Miles firmó contrato con Decca, los directivos de la compañía le presentaron a Alan Parsons, en el verano boreal de 1975. Parsons y Miles rápidamente congeniaron y se pusieron a grabar “High Fly”, que sería editado como single en el Reino Unido en septiembre del ’75, alcanzando el puesto 17 en los rankings de singles británicos y el 68 en la Billboard en los Estados Unidos.  Debido al éxito de esta canción, se comenzó a grabar el primer larga duración de Miles, durante noviembre y diciembre de 1975, en los míticos estudios de Abbey Road. Un lugar en donde Parsons se sentía muy cómodo.
Rebel sería editado en marzo del ’76. La crítica especializada recibió al disco con alborozo. Por ejemplo, los titulares de Melody Maker decían “John Miles: Una nueva Estrella ha nacido”, dando cuenta de su “sensacional debut”. Justamente, el álbum entero reflejaba –tanto en los títulos de las canciones, así como en varias de sus letras- las observaciones de John Miles acerca de la vida.

Sin dudas, Rebel era el éxito que Decca había ansiado. Sin embargo, más allá de la impecable producción de Alan Parsons, hay que destacar que nada de esto hubiese sido posible si John Miles no hubiese estado en uno de sus mejores momentos artísticos.  Gracias a su amplio rango vocal, se encargó de todas las voces solistas, además de tocar teclados, guitarra eléctrica y sintetizadores. Durante toda la grabación, acompañaron a Miles, su compinche compositivo Bob Marshall, en bajo; y Barry Black, en batería y percusiones. Justamente, tanto Marshall como Black serían los músicos de la banda de John Miles durante muchos años, participando también de los siguientes álbumes de este artista. Otro de los protagonistas principales de este álbum fue Andrew Powell, quien a partir de las indicaciones de Parsons y Miles, se encargó de los arreglos orquestales que tanta importancia cobrarían en varios de los temas del disco.

TEMA POR TEMA:
Empezamos por la cima. El primer tema de Rebel era la épica “Music”, una canción que había nacido para ser leyenda. Esto quedó rápidamente comprobado cuando fue editada como simple y se convirtió en un éxito internacional instantáneo, alcanzando el puesto número 3 en Gran Bretaña, el número 1 en Alemania, y el puesto 88 en los Estados Unidos. John Miles varias veces contó que la había compuesto en un viejo piano que tenía en el living de su casa, en Leeds, en menos de media hora. A diferencia de la mayoría de los temas del disco, co compuestos junto a Marshall, “Music” había sido compuesta en soledad por Miles, quien, en un principio, había pensado su melodía como la base de otra canción, pero debido a su carácter distintivo, la desarrolló como un único tema. Curiosamente, “Music” tenía un ritmo inusual de 7/4. Como luego señaló en forma acertada un crítico británico, esta debe ser la única canción pop escrita en 7/4 –aparte de “Money”, de Pink Floyd-, que haya entrado con en los rankings británicos en toda la historia. Este ritmo tan poco convencional hace que muchas personas, aun conociendo la canción, manifiesten una tendencia a poner un beat más por compas, cuando cantan o silban la melodía. Más allá de su curioso entramado rítmico, la letra de la canción no parecía demasiado compleja:

“Music was my first love
and it will be my last.
music of the future
and music of the past.
To live without my music
would be impossible to do.
in this world of troubles,
my music pulls me through…”

(“La música fue mi primer amor,
Y el será el último,
Música del pasado,
Y música del futuro.
Vivir sin mi música
Sería imposible
En este mundo de problemas
Mi música me saca de ellos…”)

Como vemos, una letra bastante cursi, en la que su autor da cuenta en forma mínima de su amor imperecedero por su vocación musical.  Sin embargo, más allá de lo limitado de su lírica, la parte instrumental de la canción alcanzaba para noquear a propios y extraños. En especial por esa preciosa melodía de piano, que era acompañada por los impresionantes arreglos de cuerdas y voces de Andrew Powell –que, en buena medida, anticiparon lo que sería el sonido del Alan Parsons Project-, además de los solos guitarreros furibundos de Miles. Además, John la cantaba como lo dioses, redondeando una de sus mejores performances como cantante de toda su carrera. Sin dudas, un tema perfectamente balanceado, que se movía, en forma pendular, entre  la simpleza y la grandilocuencia, hasta llegar a un final apoteósico, pocas veces apreciado antes en ninguna otra canción de rock. Por algo, luego “Music” se convertiría en uno de los mayores (y más distintivos) himnos rockeros de los ´70.

"Everybody Wants Some More" era una potente canción que también mixturaba partes fuertes con otras más delicadas, en un perfecto balance de rock y pop. Seguramente, este tema junto con "High Fly", como habíamos mencionado antes, eran los números más “glam” del álbum. Por el contrario, "You Have it All" era una compleja composición épica, que iba ganando intensidad en forma progresiva, en especial por la combinación de la música rock del grupo de John Miles sumada a los arreglos orquestales de Powell. Una canción con final ampuloso en el que Miles se grabó tocando múltiples sintetizadores, haciendo, al unísono, solos de guitarra multi trackeados, a los que Barry Black agregaba varios sonidos percusivos, entre los cuales se destacaban varios timbales de típico sabor latino.

El antiguo lado dos del vinilo empezaba con el tema que le daba nombre al disco. “Rebel" era otro rock estridente muy marchoso, que contenía un gran trabajo de guitarras, y una letra que era una verdadera declaración de principios. Sin dudas, en “Rebel” John Miles cantaba acerca de sí mismo. Él se veía como un rebelde en contra de muchos de los valores materialistas a los que mucha gente le dan importancia. En efecto, su frase “Don´t call me a loser, call me a rebel” da cuenta de que él no quería seguir al rebaño, que no se conformaba con vivir una vida como la de la mayoría de las personas. Sin embargo, el mensaje de la letra fue malinterpretado, tanto por el público como la crítica, quienes creyeron que la letra estaba dedicada a la figura de James Dean. Buena parte de este malentendido vino de la idea de que el título del disco (y la canción) estaba basado en la foto de la tapa, en donde se veía a Miles posando con una escopeta sobre sus hombros, una imagen que se asoció con la figura del recordado ídolo “rebelde” de los ´50. Ya en junio de 1976, en una entrevista brindada a la New Musical Express, John Miles tuvo que salir a aclarar que “Rebel” había sido escrita apenas dos semanas antes de que entraran en el estudio para grabar el disco, y que nunca había estado en su mente dar a entender que el legado de James Dean estaba encarnado en su figura. Según Miles, todo fue un gran malentendido, propiciado por la foto de tapa, que en realidad había sido una idea de los ejecutivos de Decca. Ellos pensaban que una foto, en la que Miles pareciera “un nuevo James Dean” sería una buena promoción para el álbum. Una idea que funcionó, porque empapelaron todo Londres con la foto de Miles y la escopeta. Una imagen casi icónica, que más allá de su éxito, aún hoy es odiada por el propio músico.  Volviendo al carácter autorreferencial de la letra de la canción, en una entrevista dada a la Melody Maker se le preguntó al músico el sentido de la letra, y si él se consideraba a sí mismo un rebelde, a lo que Miles contestó que esta canción no era más que su respuesta a todos lo que lo habían tildado como un “perdedor” en los siete años anteriores.

"When You Lose Someone So Young" era una poderosa balada, cantada como los dioses por Miles. Sin embargo, el sentido de su letra resultaba confuso, ya que podía interpretarse tanto como la historia de la muerte de alguien joven, así como la ruptura de un romance adolescente. Sea cual fuese su significado, Miles en este tema relataba en primera persona, una perdida muy trágica que tuvo en su vida, y su lucha posterior para superar este mal trance.

“Lady of My Life” era una bella canción de amor, muy influenciada por el estilo de Stevie Wonder, uno de los máximos ídolos musicales de John Miles. En este tema éste le canta a la dama que ama, y le pide que se quede a su lado. Una canción “suave y delicada”, como remarcaba la reseña de la revista Melody Maker, en donde sobresalía el impresionante solo de saxo de Phil Kenzie. En sí, ésta era (además de “Music”) la única canción del disco escrita en soledad por John, quien probablemente haya dedicado la letra a su esposa, Eileen.

Por el contrario, ”Pull the Damn Thing Down", no tenía casi nada de suave, simple o delicado. Con sus siete minutos y medio de duración, era la canción más larga del disco, además de contener una letra bastante sarcástica –con reminiscencias de los Kinks- que reflexionaba acerca de la vida moderna. Un verdadero tour de force, bien rockero y épico, que comenzaba lento e iba ganando más y más furia en forma “progresiva”. Sin dudas, un prodigio sonoro que daba cuenta de la calidad de Alan Parsons como productor. Dicha labor se puede apreciar en el crescendo final de la canción, en donde -conforme va aumentando el tempo- John Miles interpretaba un solo de guitarra espectacular que motorizaba al tema hacía un frenético final en el que un “torbellino” sonoro se tragaba todo. Esta culminación desembocaba en una coda en donde se repetía el maravilloso final de “Music”, que aquí funcionaba como cierre del álbum. Sin dudas, valga la redundancia, un golpe de efecto bien efectivo…


MILES DESPUES DE REBEL…
Luego del éxito de Rebel, durante la segunda mitad de los ´70, John Miles lanzó una docena de simples y cuatro álbumes de estudio: Stranger in the City (1977), el conceptual (y, quizás, su mejor disco) Zaragon (1978); y More Miles Per Hours (1979), éste último, nuevamente con Alan Parsons como productor.
Por supuesto, John Miles también participaría como cantante invitado en varios temas de los subsiguientes discos del Alan Parsons Project, además de continuar grabando y tocando en vivo durante la década del ´80. 
Desde 1987, John Miles también ha formado parte de la banda de Tina Turner; en donde se desempeñó tanto como guitarrista como director musical de varias giras de la mítica cantante norteamericana. Miles también tocó en varios álbumes de estudio de Tina, además de su participación como sesionista en el disco Night Calls (1992), del recientemente fallecido Joe Cocker; y en Outrider (1988), de Jimmy Page.   

Además, desde 1985, John Miles participa asiduamente, junto a otras viejas estrellas del rock y el pop, en The Night of the Proms, una serie de conciertos que se realizan con regularidad en Bélgica, Holanda, Alemania, España, Francia, Austria, Suiza, y los países escandinavos. Estos shows ofrecen una combinación de música popular y música clásica (a veces mixturando ambos géneros). Por supuesto, Miles siempre interpreta “Music”, así como versiones de temas clásicos de otros intérpretes. Por ejemplo, en 2009 editó  The Best of John Miles at the Night of the Proms, que incluía "Music" y covers de “All by Myself”, “Rapsodia Bohemia”, y “It Was a Very Good Year”, el viejo standard popularizado por Frank Sinatra.

Como vemos, John Miles sigue siendo aún hoy, a los 65 años, un músico valioso que, a pesar de no volver a gozar con un tema propio un éxito comparable al de “Music”, ha superado con holgura la categoría del one-hit wonder…

Emiliano Acevedo




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